Lesiones del Triatleta – Intervencionismo Eco-Guiado (full)
Fernando Jimenez Díaz1,4, Miguel Jimenez Fermin2 y Antonio Bouffard3,4
1Profesor de la UCLM 2Alumno Facultad de Medicina, Universidad de Alcalá. 3Detroit Medical Center, Detroit, MI (USA) 4Director de la Cátedra Internacional de Ecografía Músculo-Esquelética Año publicacion: 2016
Introducción
La ecografía musculo-esquelética intervencionista es la aplicación terapéutica de esta técnica de imagen cuyas indicaciones son múltiples, aunque las más frecuentes permiten guiar la colocación de una aguja para la infiltración de un fármaco o para la aspiración de una colección líquida. En otras ocasiones puede facilitar algunos procedimientos invasivos como el drenaje de hematomas o abscesos, la toma de muestras de biopsia y las técnicas de reparación quirúrgica menor.
Para una mayor precisión, la ecografía intervencionista debe preceder y guiar a la terapia con inyecciones locales cada vez que sea posible desde el punto de vista práctico, así como para la evacuación de aquellas colecciones líquidas situadas en profundidad o cuando el proceso inflamatorio se encuentre localizado en la proximidad de estructuras anatómicas que podrían ser dañadas. El empleo de la ecografía intervencionista para evacuar aquellas colecciones líquidas situadas en los tejidos blandos y en articulaciones, mejora la precisión en la aspiración diagnóstica de líquido sinovial, particularmente en articulaciones pequeñas. El uso de transductores de alta frecuencia (mayor de 10 MHz) permite la identificación precisa del lugar más seguro para la inyección, aún en pacientes con cavidades articulares con movimiento limitado, o bien en caso de ensanchamiento de las vainas tendinosas. La inyección de sustancias guiadas por ecografía, en definitiva, aumenta la precisión y reduce el riesgo de infiltración errónea en otros tejidos, como tendones, músculos, nervios o piel.
Cuando esta técnica terapéutica se aplica a la resolución de lesiones por sobreuso, la evolución se acorta retornado el deportista a los entrenamientos en un espacio de tiempo mas breve. Un modelo de deporte que sufre este tipo de lesiones es el triatlón, el cual permite investigar el efecto de un modelo de ejercicio multidisciplinar sobre la salud, existiendo trabajos que lo revisan, pero sin informar adecuadamente sobre la influencia de la edad, el sexo, el nivel de habilidad, o la especialización entre otros datos. A través de los datos recogidos en trabajos recientes (1), se observa que el deporte del triatlón es relativamente seguro para el atleta bien preparado y que la mayoría de las lesiones que necesitan tratamiento médico no son graves.
Además, la tasa demuerte súbitaen competición es de 1,5(0,9-2,5), en su mayoría relacionadas conla natación,por cada 100.000participaciones y la tasa demuerte súbita durante los entrenamientos esdesconocida,aunqueel riesgo de ictusaumenta a largo plazo, en aquellos atletasgenéticamentesusceptibles.
Por otra parte, durante el entrenamiento intenso y hasta 5 días después de la competición, la protección del huésped frente a patógenos también puede verse comprometida. La incidencia de la enfermedad parece baja, pero su resultado es incierto. Se necesitan más estudios longitudinales, para comprobar esta relación entre la práctica del triatlón y la enfermedad (1).
En otros estudios recientes se ha comprobado que en atletas con un tiempo de práctica entre 3 a 6 años y una frecuencia de entrenamiento de 5 días por semana, se producía al menos una lesión durante los entrenamientos (76%) (2). Teniendo en cuenta la incidencia de lesión según la disciplina se observó en otra investigación (3) que la mayoría de lesiones se produjeron durante la marcha (50%), seguido de ciclismo (43%) mientras que en la natación solo aparecían un 7%. Las lesiones por contusión y abrasión suponían el 54% por ciento de las mismas y el 38% eran lesiones de ligamentos y capsulares mientras que solo el 7% afectaban a músculos y tendones. Finalmente cabe señalar que el principal factor de riesgo para la lesión en el triatlón no profesional es la participación en un evento de triatlón competitivo (3).
Con estos datos y conociendo la alta incidencia de lesiones en este deporte, pasamos a citar unas normas generales de aplicación de los procedimientos de intervencionismo eco-guiado, recorriendo aquellas estructuras susceptibles de ser tratadas con estas técnicas.
Normas de aplicación, ventajas e indicaciones de la técnica eco-guiada
Las técnicas intervencionistas suelen estar precedidas de una exploración ecográfica previa del tejido lesionado y de las zonas adyacentes. La duración es variable y puede oscilar entre 30 y 60 minutos. Algunos procedimientos de reparación quirúrgica, pueden necesitar un periodo de observación posterior a la técnica invasiva de varias horas de duración.
El tipo de anestesia, utilizado generalmente es a través de una infiltración local. En otros casos se requiere la toma de analgésicos o ansiolíticos previos o incluso la toma de una vía endovenosa y monitorización por parte de la enfermería, por sí fuera necesaria la administración de fármacos.
Los efectos adversos que pueden aparecer después del examen, son dolor local en la zona, que suele ser mínimo y desaparece paulatinamente. Además, si al paciente se le ha administrado medicación analgésica o anestésica, puede sentir algo de somnolencia durante el periodo de recuperación, por lo que deberá estar acompañado tanto en el centro como si vuelve al domicilio. No se aconseja la conducción de vehículos, durante las horas posteriores a la intervención.
Las ventajas de la técnica ecográfica son la disponibilidad, la ausencia de radiaciones ionizantes, el bajo costo y la portabilidad, la técnica eco-dirigida. Pero además ofrece como ventaja principal la posibilidad de visualizar en tiempo real el recorrido de la aguja, así como el producto farmacológico administrado, permitiendo obtener imágenes en diferentes planos, en contraste con otras técnicas de imagen como la tomografía axial (4).
Aunque a lo largo de este capítulo se van a ir explicando las diferentes aplicaciones de la ecografía guiada en los diferentes tejidos, en la tabla 1, se clasifican por articulaciones todas las lesiones que son susceptibles de tratamiento guiado mediante ecografía.
ARTICULACIÓN | PATOLOGÍA | ARTICULACIÓN | PATOLOGÍA |
HOMBRO | Infiltración articulación acromio-clavicular
Infiltración tendón supraespinoso y bursitis subacromial |
MUSCULO |
Evacuación hematoma intramuscular Cicatriz fibrosa |
RODILLA |
Infiltración ecodirigida de la cintilla Esclerosis del tendón patelar Evacuación del receso suprapatelar Evacuación de la bursitis prepatelar e infrarrotuliana
|
TOBILLO Y PIE |
Infiltración ecodirigida de tendones, seno del tarso, neuroma etc. Infiltración de la fascia plantar Evacuación de la bursitis retroaquílea |
Tabla 1: Indicaciones de las técnicas de terapia ecodirigida más frecuentemente utilizadas en el triatlón
Técnica de aplicación eco-dirigida
Es necesario siempre que se realice un procedimiento intervencionista ecodirigido, atender a una serie de normas que faciliten la técnica y reduzcan el riesgo de complicaciones.
Inicialmente se debe hacer la preparación del material necesario para el procedimiento ecoguiado. Es aconsejable que todo el material y los dispositivos utilizados donde se incluyen, material de asepsia, guantes estériles, protector estéril del transductor, paños fenestrados, gasas, rotulador, agujas y sustancias que van a ser infiltradas, estén en un carro clínico preparados hasta el momento de la actuación. La elección de la aguja es muy importante, siendo recomendable utilizar un calibre de 21G1½ (0.8×40), aunque para el manejo de pequeñas articulaciones a menudo es necesario el empleo de agujas de menor calibre (23 G1 de 0.6×25). Para el abordaje de la cadera se emplearán agujas de 0.7x90mm
Conviene tomar precaución con la aplicación de medidas de esterilización en el campo, aunque las inyecciones sobre articulaciones y tejidos blandos tienen un riesgo bajo de complicaciones. Para ello, se cubre de forma estéril la sonda con un cubre sondas estéril y la zona se prepara con paños fenestrados y gel estéril o gel iodado, utilizando además guantes estériles.
La técnica intervencionista implica que antes de aplicar la aguja se debe ubicar la zona de tratamiento marcando o dibujando sobre la piel, los puntos entre los cuales se colocará la sonda. A continuación el operador colocará con su mano izquierda la sonda entre los puntos marcados, mientras que con la mano derecha manejará la aguja introduciéndola en dirección oblicua siguiendo el eje longitudinal del transductor por el punto marcado. De esta forma, se observará la aguja como una línea reflectante que produce un artefacto de reverberación.
Las nuevas tecnologías en los equipos de ultrasonidos aplicadas al diagnóstico y tratamiento de las lesiones deportivas suponen mejoras en la calidad de las imágenes obtenidas, permitiendo además un tratamiento eco-guiado más preciso (5).
Indicaciones de la ecografía intervencionista en lesiones de hombro del triatleta
Las lesiones más frecuentes que se pueden observar en el hombro del triatleta son las lesiones traumáticas de la articulación acromio clavicular y con menor incidencia las que se localizan en el manguito rotador. Existe un dato importante respecto a la incidencia de lesión en esta articulación, y es que la mayoría de las lesiones agudas moderadas y severas entre atletas que participan en pruebas de “Ironman”, se encuentra en la rodilla, el hombro/clavícula y el esternón/costillas. Dentro de ellas, los tipos predominantes de las lesiones agudas fueron contusiones, fracturas y esguinces (6). Se destaca pues como en estas pruebas de ultra resistencia el hombro es una de las articulaciones mas afectadas. Se describen a continuación el tratamiento eco-guiado de estas lesiones.
a-. Lesiones ligamentosas de la articulación acromio-clavicular.
En el triatleta suelen producirse como resultado de la aplicación de fuerzas de compresión o tensión por un mecanismo directo, indirecto o bien por una serie de micro-traumatismos repetidos.
Cuando la lesión se produce como consecuencia de un traumatismo único generalmente como consecuencia de una caída de la bicicleta, la fuerza se trasmite desde el lugar de impacto en la articulación, hacia la clavícula y finalmente alcanza la articulación esterno-clavicular, dañando cualquiera de las estructuras citadas. De todas estas lesiones ligamentosas, se puede estudiar mediante ecografía, la que afecta a la articulación acromio-clavicular.
Cuando se produce una capsulitis acromio-clavicular de origen traumático, se observa una distensión de la cápsula que adquiere un aspecto hipoecoico, con una modificación de la distancia que separa los extremos óseos y en algunos casos, una pérdida de alineación de los mismos (Fig. 1). En estos pacientes, el estudio dinámico con carga del miembro superior, permite observar el ensanchamiento articular.
Fig. 1. Artritis traumática de la articulación acromio-clavicular. El examen ultrasónico bilateral de esta articulación, permite valorar un claro abombamiento de la cápsula articular y un predominio hipoecogénico en su interior.
La subluxación acromio-clavicular se produce como consecuencia de la rotura o arrancamiento de los ligamentos acromio-claviculares superficial y profundo, aunque los ligamentos que unen la apófisis coracoides y la clavícula permanecen íntegros. En la luxación acromio-clavicular, los ligamentos coraco-claviculares también se rompen.
En todos estos casos, el examen ecográfico permitirá, a partir de la medición de la distancia entre los fragmentos óseos, establecer el diagnóstico de subluxación o de luxación acromio-clavicular. Para su comprobación, se realizará la exploración ecográfica simultaneando una maniobra dinámica consistente en llevar la mano del miembro afectado a tocar el hombro contralateral. Durante la misma, el espacio articular que como consecuencia de esta lesión en posición neutra se encuentra ampliado (Fig. 2), se va reduciendo poco a poco durante la maniobra dinámica, comprobándose el progresivo abombamiento de la cápsula y la salida del contenido articular, provocando el llamado signo del Geyser (Fig. 3).
Fig. 2. Luxación de la articulación acromio-clavicular. En este examen ecográfico realizado con el brazo suspendido en posición neutra, se visualiza un aumento del espacio articular (20 mm), que separa el acromio y la clavícula (CLAV). Esto demuestra la rotura de la cápsula articular que apenas se visualiza.
Fig. 3. Luxación de la articulación acromio-clavicular. En el mismo paciente, cuando mediante un examen dinámico, se lleva la mano a tocar el hombro contralateral, se produce un estrechamiento del espacio articular (7.4mm), lo que origina una salida del contenido intraarticular.
b-. Lesión del tendón supraespinoso y bursa subacromial
La tendinopatía del manguito rotador es la queja más común consecuencia de la práctica de la natación en el triatlon, pero la incidencia de esta lesión y de las roturas del tendón que han sido estudiadas a través de la resonancia magnética son comparables en triatletas con y sin dolor en el hombro (7).
Las indicaciones de la infiltración de la bursa o del tendón supraespinoso incluye aquellos casos en los que el paciente presenta un dolor intenso que provoca un bloqueo de la movilidad articular como resultado de un síndrome de atrapamiento, en el cual se produce un engrosamiento o rotura en el tendón o bien la bursa se rellena a través de un mecanismo de rozamiento repetido contra el acromion, originando un engrosamiento de su pared. En esta situación, se observa una bursa de aspecto hipoecoico o isoecoico, pudiendo alternar asimismo, zonas hipoecoicas con áreas hiperecogénicas, rodeadas de una pared engrosada.
Para el desarrollo de esta técnica, el paciente puede estar sentado o en decúbito supino con el respaldo de la camilla ligeramente levantado, colocando el brazo en rotación interna y aducción. De esta forma se puede realizar un abordaje anterior o antero-externo, de forma que en todo momento se visualice el recorrido de la aguja y de su punta. En esta posición se puede abordar el tendón y la bursa aplicando dentro de ella, una mezcla de betametasona y mepivacaína. Durante todo el procedimiento, se debe observar la posición de la aguja así como la ubicación exacta de su punta en relación a la bursa (Fig. 4).
Fig. 4: Punción aspiración de la bursa subacromio-deltoidea. Durante la intervención se debe visualizar la aguja como una línea hiperecoica con reverberación sin perder de vista la ubicación de la punta de la misma, en este caso en el interior de la bursa.
Ecografía intervencionista en el tratamiento de las lesiones de rodilla en el triatlón
Las lesiones derivadas del ciclismo en el triatleta afecta principalmente a la rodilla e incluyen la tendinosis rotuliana, síndrome de la banda iliotibial, y el síndrome de estrés rótulo-femoral, aunque también afectan a otras estructuras como el tendón de Aquiles y la columna cervical y lumbar (7). Por ello, vamos a explicar a continuación el procedimiento ecoguiado utilizado para el tratamiento de alguna de estas lesiones como la infiltración de la cintilla, el tratamiento de la tendinopatía rotuliana utilizando la esclerosis con polidocanol, así como la evacuación de las bursas de la cara anterior de la rodilla.
a-. Infiltración de la cintilla iliotibial
Esta estructura corresponde a la aponeurosis distal del músculo tensor de la fascia lata y del glúteo mayor, que termina fijándose distalmente en el tubérculo tibial externo de Gerdy. Es muy importante revisar el espacio entre el cóndilo femoral lateral y esta banda aponeurótica, pues allí asientan muchas lesiones por fricción, dando origen al denominado síndrome de la cintilla iliotibial. La repetición del movimiento de flexo-extensión de la rodilla provoca microlesiones de las fibras de esta estructura aponeurótica y a veces, una inflamación y posterior ocupación de la bolsa serosa situada entre la cintilla y el cóndilo.
Se debe colocar la sonda encima de la cintilla (Fig. 5) y la infiltración se puede realizar mediante un abordaje lateral (Fig. 6) o bien para evitar la agresión de la cintilla aponeurótica, mediante un abordaje coaxial. Posteriormente, y sin perder de vista la punta de la aguja se comprobará la entrada del líquido antiinflamatorio en el espacio que rodea a la cintilla.
Fig. 5: Infiltración de la cintilla iliotibial. En este caso con la mano izquierda se coloca la sonda ecográfica y con la mano derecha se aplica la infiltración en el mismo eje que el transductor.
Fig. 6: Infiltración de la cintilla iliotibial. Al infiltrar en el mismo eje que el transductor, se aprecia el recorrido oblicuo de la aguja y se visualiza la situación de su punta (flecha). En este paciente la sustancia infiltrada se aplica por debajo de la cintilla.
b-. Esclerosis vascular peritendinosa
La tendinosis generalmente es una lesión por desuso o sobreuso de carácter crónico, desarrollada como consecuencia de múltiples microtraumatismos, que causan una disrupción de la estructura interna del tendón. Estas roturas ponen en marcha un proceso activo de destrucción y reparación, que se manifiesta macroscópicamente por el engrosamiento generalizado del tendón y por la pérdida de homogeneidad en su patrón fibrilar.
Los estudios histopatológicos han demostrado que las muestras de tendón obtenidas en áreas de sobreuso o desuso crónico contenían un escaso número de células inflamatorias pero con una amplia afectación degenerativa del tejido colágeno, de los fibrocitos así como del tejido de sostén. También destaca el aumento de la vascularización y la presencia de una hiperplasia vascular en vez de un proceso de angiogénesis.
Se debe seleccionar con el transductor una posición de prueba para visualizar correctamente el área de lesión tendinosa (Fig. 7). A continuación, se aplica una limpieza del campo de infiltración y se prepara una aguja de calibre 21G, utilizándose como sustancia esclerosante el polidocanol a una concentración del 2% para la esclerosis de vasos en este tendón.
Para evitar la infiltración directa del tendón, éste se debe explorar mediante un corte longitudinal o transverso, si bien la inyección se realiza en sentido perpendicular al tendón y por debajo del mismo (Fig. 8). Esta técnica tiene la ventaja de no penetrar el tejido tendinoso para abordar la cara profunda del mismo. Cuando se hace un abordaje coaxial del tendón, se presenta la dificultad de no visualizar la integridad de la aguja y por ello se prestará especial atención a la punta de la misma.
Fig. 7: Esclerosis con polidocanol. A través de un examen longitudinal del tendón rotuliano y aplicando el Power Doppler se observa una amplia proliferación vascular en el interior del tercio proximal del citado tendón.
Fig. 8: Esclerosis con polidocanol. En el examen ecográfico realizado en el mismo paciente, en corte transverso, se aprecia la situación de la aguja y de su punta en el seno del núcleo de vasos, donde se está inyectando la sustancia esclerosante.
c-. Punción aspiración e infiltración de la bursa prepatelar
La bursitis pre-rotuliana de origen infecciosoono infeccioso se asocia a menudo con el dolor anterior de rodilla. Entre las causasmás frecuentes que la provocan en el triatleta se incluyen los traumatismos.Aunque el uso decorticoidesenla bursitispre-rotuliana es controvertidopor el riesgo de infección, en muchos casos es el tratamiento de elección en la patología de la bursa rebelde al tratamiento conservador.
Para llevar a cabo la evacuación del contenido de la bursa o realizar una aspiración diagnóstica, se debe colocar al paciente en posición de decúbito supino y elegir con el transductor una posición de prueba, para visualizar correctamente la bursa y marcar la zona de abordaje. A continuación, se aspira utilizando una aguja 22-G y una jeringa de 5 ó 10 ml, a través de un abordaje lateral (Fig. 9), siguiendo el eje largo de la rótula.
Fig. 9: Infiltración de la bursa prepatelar. En este corte sagital de la rótula se aprecia el abordaje lateral de la aguja, que alcanza con su punta el interior de la bursa prepatelar (BP) recién evacuada. Se observa como el bisel está orientado hacia el plano profundo.
Indicaciones de la ecografía intervencionista en el tobillo y pie del triatleta
Además de las lesiones de rodilla, los triatletas también pueden desarrollar lesiones de cadera, pierna, tobillo y pie, de forma similar a los corredores de distancia que solo practican esta disciplina (7). Las atletas femeninas reportaron un 92% de las lesiones durante el entrenamiento de carrera y el 35% de esas lesiones se localizaron en el tobillo y el pie (2), lo que demuestra la alta incidencia en esta articulación.
Entre las lesiones más frecuentes que se producen en el tobillo del triatleta, destaca la tendinopatía del Aquiles (8), cuyo abordaje para la esclerosis es similar al presentado en lesión del tendón rotuliano y aquellas que afectan a los tendones que están rodeados de cubierta tenosinovial. La fascia en el corredor de fondo es una lesión también muy frecuente, cuyo tratamiento guiado vamos a presentar a continuación.
a-. Infiltración en el espacio tenosinovial
La ecografía permite una infiltración guiada al espacio situado alrededor del tendón, evitando la introducción directa de la sustancia antiinflamatoria en el cuerpo de todos aquellos tendones que se encuentran rodeados de una cubierta tenosinovial. En general, como estas estructuras se sitúan superficialmente, es fácil su diagnóstico y tratamiento, de forma que, mediante abordajes laterales y coaxiales, se puede conseguir la visualización de la aguja en el espacio peritendinoso, observando en todo momento la ubicación de la sustancia que está siendo infiltrada.
Se puede elegir una de las dos vía de abordaje, aunque inicialmente se prefiere, realizar un abordaje lateral para visualizar todo el recorrido de la aguja y especialmente su punta. Ésta será introducida en el espacio tenosinovial para no dañar directamente el tendón y para controlar el depósito de la sustancia farmacológica que se quiere infiltrar (Fig. 10).
Fig. 10: Infiltración peritendinosa: abordaje lateral. Se visualiza en eje corto un tendón flexor y la aguja con su reverberación, cuya punta se ubica exactamente en el espacio tenosinovial (flecha). Incluso se puede ver el bisel orientado hacia la parte inferior del espacio peritendíneo.
b-. Infiltración de la fascia plantar
La fascitis plantar es una lesión por sobreuso muy común en los corredores. En algunos estudios que describen los factores causantes de este síndrome, no han documentado la posible influencia del calzado deportivo en los síntomas de la fascitis plantar (9).
Esta lesión afecta a la aponeurosis plantar en su zona de unión al calcáneo, produciendo en muchos casos un proceso degenerativo o en otros una ruptura parcial o total. En aquellos pacientes con pie cavo o pie excesivamente plano, la incidencia de lesión es más elevada. Esta lesión es una de las causas más comunes de dolor de talón e implica un proceso degenerativo de bajo grado que afecta a la aponeurosis plantar y a las estructuras perifasciales.
La técnica ecodirigida se realiza con el paciente en situación de decúbito prono, con los pies colgando en la mesa de exploración. Después de elegir con el transductor una posición de prueba para visualizar correctamente la inserción de la fascia y marcar la zona de abordaje, se utiliza una técnica de asepsia para limpiar el campo de infiltración. La sonda se coloca inicialmente siguiendo un plano axial a la superficie plantar y la punción se realiza en la parte interna de la fascia, calculando la profundidad en función del grosor de la almohadilla plantar. Esta técnica tiene la ventaja que reduce el dolor asociado a la inyección y permite visualizar el trazado de la aguja en todo momento (Fig. 11).
Fig. 11: Infiltración ecoguiada de la fascia plantar. En un examen transverso del pie, se aprecia la referencia ósea del calcáneo y en un plano superficial la fascia plantar. Por otra parte, se observa la línea reflectante de la aguja que incide oblicuamente sobre la inserción de la fascia. La imagen hiperecogénica corresponde al producto recién infiltrado (x).
Indicaciones de la ecografía intervencionista en lesiones musculares del triatleta
Se ha estudiado la incidencia de la lesión muscular en el triatlón considerando que es la lesión más prevalente (54%) entre los atletas masculinos, seguido de aquellas que afectan al tendón (19%), al ligamento (17%) y al hueso (9%). Sin embargo entre las atletas la prevalencia de las lesiones fue el 32% en el músculo, el 32% en el hueso, el 32% en el tendón y sólo el 4% afectaban a los ligamentos (2).
Las indicaciones del tratamiento ecodirigido en el ámbito de las lesiones musculares se clasifican en dos grupos. Las lesiones de aparición aguda, implican la formación de colecciones líquidas intramusculares que se organizan con mucha celeridad, pudiendo comprometer en algunos casos, el paquete vásculo-nervioso o la pérdida de un gran volumen de sangre. Otras indicaciones de la actuación ecoguiada son aquellas lesiones de evolución retardada, entre las que se encuentran las cicatrices fibrosas dolorosas, el derrame seroso de Morel Lavalle y el hematoma enquistado. Vamos a revisar el tratamiento eco-guiado de la lesión aguda más frecuente susceptible de ser tratada mediante procedimiento eco-guiado que es el hematoma intramuscular.
Como consecuencia de un traumatismo muscular, se origina un sangrado que será mayor cuando el músculo se encuentre en fase de actividad, como consecuencia del incremento del flujo sanguíneo. En otros casos, cuando la agresión fibrilar afecta a una zona muy vascularizada también se origina de forma muy rápida, una amplia pérdida de sangre dentro de este tejido. Desde el punto de vista anatómico, cuando la fascia está intacta, la hemorragia se organiza de forma intramuscular y en otros casos, cuando la fascia se rompe como consecuencia de la lesión, se produce la salida de la colección hemática, originando un hematoma de tipo intermuscular.
En estos pacientes se puede realizar un abordaje de tipo coaxial, colocando la aguja de forma perpendicular al transductor, observándola en este caso, como un pequeño elemento ecogénico de escasa longitud. Sin embargo, cuando se realiza el abordaje lateral, siguiendo el eje largo del transductor), la aguja se observa en todo su recorrido hasta alcanzar el espacio líquido anecoico (Fig. 12).
Fig. 12: Evacuación de un hematoma intramuscular. Esta imagen se obtuvo al situar la aguja siguiendo el eje largo del transductor. De esta forma se observa todo el recorrido hiperecoico de la aguja, hasta alcanzar el hematoma, que estaba alojado en el plano profundo del gastrocnemio medial.
Cuando haya presencia de abundantes esfacelos la aguja se puede obstruir y es necesario buscar la zona del hematoma que esté libre de coágulos o bien utilizar una aguja de mayor calibre (18 G, 1,7×45 mm).
Resumen
Se han descrito las técnicas de intervencionismo eco-guiado aplicadas a las lesiones mas importantes que afectan al triatleta. En unos casos, se trata de lesiones que afectan a los tendones tratadas mediante la infiltración con antiinflamatorios o la aplicación de otras técnicas de tratamiento como la esclerosis de los vasos intratendinosos y en otros casos, se realiza la evacuación de colecciones líquidas intramusculares.
Además con la técnica ultrasónica se puede llevar a cabo un seguimiento evolutivo, al inicio, durante el tratamiento y al final de éste, para cuantificar los cambios observados en comparación con el estudio ecográfico realizado antes del procedimiento.
Se puede concluir que es evidente que la ultrasonografía permite reducir los efectos adversos derivados de una técnica intervencionista ciega, pudiéndose llevar a cabo con gran precisión la aplicación de los diferentes tipos de tratamiento sobre el área lesional.
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