Gripe y ejercicio: ¿es posible entrenar?

¿Podemos hacer ejercicio si estamos enfermos?

Esta duda es muy común en las personas que quieren hacer algún ejercicio cuando están indispuestas. Realizar actividad física de forma regular es muy recomendable porque aporta numerosos beneficios a nuestra salud pero, cuando sufrimos alguna enfermedad, como la gripe, debemos evitar realizar deporte.

“Entrenar con una gripe va a modificar durante la práctica el patrón respiratorio del deportista y la actividad muscular, por lo tanto, habrá una reducción del rendimiento físico y un riesgo de empeoramiento del proceso”, comenta José Fernando Jiménez Díaz, responsable del Grupo de Medicina del Deporte de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)

Además, José María Cots, coordinador del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), insiste en que con la presencia de fiebre no se debe practicar ejercicio. La razón es que la fiebre es un mecanismo de defensa y por lo tanto, permite combatir la infección presente en los procesos respiratorios y gripales. “No es bueno entrenar con fiebre, ya que no conseguiremos esa mejora en la infección ni permite aprovechar esos entrenamientos”, afirma Cots.

¿Con qué síntomas “podemos” hacer ejercicio y con cuáles no?

No se recomienda realizar ningún tipo de actividad física si nos encontramos enfermos. No obstante, dependiendo del tipo y la fase de la enfermedad, los expertos indican que podemos realizar ejercicios como salir a caminar. Si tenemos dolor de cabeza, dolor de garganta e, incluso, congestión nasal, se podrán realizar algunas actividades moderadas.

El portavoz de SEMG añade que cuando la reducción del rendimiento en la actividad es debido a un resfriado, es recomendable moderar la actividad planificando cargas de trabajo inferiores. Además, “la dieta, el reposo y especialmente la hidratación durante esos días son fundamentales”, añade Jiménez.

Sin embargo, si una persona presenta síntomas tales como,  fiebre, congestión en el pecho, náuseas o dolores musculares, no es recomendable  realizar ningún tipo de ejercicio físico. “En estos casos es mejor esperar a reiniciar los entrenamientos, una vez que la fiebre, la debilidad y el cansancio que la gripe produce hayan desaparecido completamente”, afirma Jiménez.

¿Sudar puede ayudar a combatir un resfriado?

Lo dicen las madres y las abuelas cuando estamos enfermos: si sudamos el resfriado se pasa antes. Sin embargo, los expertos señalan que esta teoría no ayuda en nada a la resolución de los refriados. La razón es que cuando padecemos gripe, el cuerpo aumenta su temperatura produciendo una mayor sudoración. Por lo tanto, el sudor es la respuesta del organismo con la que se pretende regular la temperatura corporal durante la fiebre, de manera que es bueno que aparezca cuando estamos enfermos.

Por último, ambos señalan que si realizamos ejercicio físico, estamos aumentando nuestra temperatura, y esto lo único que va a conseguir es que nos sintamos peor. “Si sudamos más de lo normal vamos a conseguir alargar el proceso de recuperación”, insiste Cots.