Dolor lumbar y deporte (full)
Dr. J. FERNANDO JIMÉNEZ DÍAZ 1
1 Doctor en Medicina y Cirugía Profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad Castilla la Mancha Responsable de la Unidad de Valoración y Diagnóstico de Alto Rendimiento Deportivo
Año publicación: 2008
Introducción
Se trata de una patología relativamente frecuente en el deportista que generalmente se producen como consecuencias de traumatismos directos o bien a través de un mecanismo de sobreutilización, especialmente cuando se trata de deportistas jóvenes.
En el ser humano la columna vertebral esta constituida por 24 vértebras independientes y 9 ó 10 vértebras pélvicas que se sueldan formando el sacro y el cóccix. Excepto la primera y segunda vértebras cervicales que tiene una configuración especial, el resto de vértebras independientes tienen dos partes: el cuerpo y el arco. Cada vértebra esta formada por una parte anterior o cuerpo y un anillo posterior por donde pasa la médula espinal y las raíces nerviosas. Las vértebras se unen entre sí a través de las facetas articulares, formando unos espacios articulares que hacen posible que la columna se mueva en distintas direcciones.
Entre los cuerpos vertebrales se encuentran los discos intervertebrales cuya función es absorber las fuerzas que se aplican sobre la columna. Si observamos un disco intervertebral un corte transversal, vemos que esta constituido por dos partes, el anillo fibroso que es la parte más externa y fuerte, y que conectan un cuerpo vertebral con otro y por otra parte el núcleo pulposo de consistencia elástica y que es responsable de absorber las fuerzas que se ejercen sobre la columna. (Fig. 1)
Fig. 1: El disco intervertebral consta de una parte central (Anillo fibroso) y tra central (Núcleo pulposo)
La médula espinal corre a través de un túnel formado por los elementos posteriores de cada vértebra que se llama canal espinal. Las raíces nerviosas salen de la médula espinal y emergen a través de una apertura lateral formada por las vértebras adyacentes llamada foramen.
Lesiones de partes blandas en la espalda
Cuando el deportista sufre un traumatismo craneal hay que sospechar una posible afectación de la columna cervical y por ello el jugador debe ser trasladado a un centro médico en una posición neutra. Si la lesión afecta a la región dorso lumbar el jugador debe ser manipulado con el mayor cuidado posible para prevenir un agravamiento de las lesiones.
- Lesiones de columna cervical: Como consecuencia de una tensión muscular excesiva se puede producir un estado de máxima contracción con sensación de calambre. Esta situación se denomina tortícolis y se acompaña de intenso dolor y limitación de la movilidad. La exploración radiológica suele ser normal pero si el dolor se irradia a las extremidades superiores se debe sospechar una lesión neurológica lo que implicaría una mayor gravedad.
El reposo, los antiinflamatorios y en algunos casos la inmovilización con un collarín cervical suele ser suficiente para controlar la lesión.
- Lesiones de columna dorso lumbar: Debido a la inmovilidad de la columna torácica las lesiones en esta zona son menos frecuentes. Sin embargo la columna lumbar del atleta es más susceptible de presentar este tipo de lesiones debido a las continuas tensiones a las que se somete durante el ejercicio especialmente cuando realiza cambios de dirección, y saltos que se producen en el transcurso del juego o de los entrenamientos.
La compresión de las estructuras nerviosas que emergen de la columna lumbar es en la mayoría de las ocasiones la causa del dolor lumbar. Además se produce debilidad en la zona y tensión muscular paravertebral.
Es necesario establecer un período de reposo, asociado a calor, masaje y relajantes musculares, reiniciando el entrenamiento a los 5 días siempre que los síntomas vayan remitiendo. Dicho entrenamiento debe incluir ejercicios de potenciación de la musculatura lumbar y carrera progresiva.
- Hernia discal: La hernia discal puede producirse en cualquier nivel de la columna pero es más frecuente en la columna lumbar o cervical. Se trata de una lesión del anillo fibroso del disco que origina que una porción del núcleo pulposo se escape hacia el canal espinal. Esta herniación a nivel del disco puede presionar alguna de las raíces nerviosas produciendo dolor, adormecimiento, o debilidad en el brazo o en la pierna afectada (Fig. 2).
Fig. 2: La presencia de una hernia discal provoca la compresión de una raiz nerviosa
Es muy raro en deportistas adolescentes la aparición de hernia de disco con fractura de la apófisis de la columna lumbar. Se caracteriza por la aparición súbita de dolor durante la práctica deportiva. El dolor se localiza en los procesos óseos de L5-S1 y se exacerba a los 10º de hiperextensión.
En deportistas veteranos la herniación discal es mas frecuente en la zona inferior de la columna lumbar. En estos casos si se produce la compresión de un nervio espinal, aparece un dolor irradiado hacia una pierna que tipo ciático.
Para llevar a cabo el diagnóstico es necesario realizar una exploración de los reflejos, de la sensibilidad y de la fuerza. El estudio radiológico permite descartar otras causas de dolor pero no confirma la presencia de una hernia discal. Para esto es necesario realizar una tomografía axial computarizada o una resonancia magnética nuclear.
Fig. 3: En esta imagen se comprueba la presencia de una hernia discal que compromete el canal raquídeo
El tratamiento se basa en el reposo y la rehabilitación lumbar, toma de AINES y la limitación de la práctica deportiva. El fracaso de este tratamiento obliga en algunos casos a la realización de un tratamiento quirúrgico.
Lesiones óseas en la espalda
- Enfermedad de Scheuermann: Es una enfermedad propia de jóvenes deportistas en edad de crecimiento producida por la excesiva tensión que soportan los núcleos de crecimiento de sus cuerpos vertebrales. Como consecuencia de este proceso los cuerpos vertebrales se deforman y los discos intervertebrales se estrechan.
Es típica la presencia de dolor de espalda que el joven jugador refiere cuando entrena, desapareciendo en reposo. La radiología facilita el diagnóstico.
Es necesario realizar un descanso en los entrenamientos, especialmente cuando el dolor se intensifica como consecuencia de las crisis de crecimiento (entre los 12 y 16 años).
- Espondilolisis y espondilolistesis: En la espondilolisis se produce un defecto en el itsmo vertebral o en la pars articularis que queda atrapado entre la apófisis supra y subyacente, generalmente relacionado con una fractura de estrés
Su aparición es más frecuente en aquellos atletas que sufren excesiva tensión por sobrecarga sobre su espalda como sucede en deportes como la gimnasia, la halterofilia, el judo y los deportes de salto.
La espondilolisis que aparece como consecuencia de una fractura o de traumatismos repetidos pueden causar dolor en la zona vertebral y adormecimiento o debilidad en los miembros inferiores. Para diagnosticar la espondilolisis es necesario hacer una radiografía, una resonancia magnética y en algunos casos es necesaria una gammagrafía ósea.
La espondilolistesis suele aparecer como complicación de una espondilolisis previa, al separarse los dos fragmentos de la lámina de la vértebra. En otros casos, una de las articulaciones facetarias tienen un tamaño distinto (por una malformación o por un proceso degenerativo), por lo que la vértebra no queda alineada con las demás. En otros casos, la causa es un accidente o traumatismo importante, que causa el desplazamiento de la vértebra, con o sin fractura. En cualquier caso, a lo largo de los años el grado de deslizamiento puede ir progresando.
Clínicamente cursa con dolor de espalda y en algunos casos si llega a provocar compresión nerviosa también puede causar pérdida de fuerza progresiva o dolor irradiado a las piernas.
Para diagnosticar la espondilolistesis se llevará a cabo una radiografía (Fig. 4) y si se sospecha que se está iniciando una compresión nerviosa se debe realizar pruebas neurofisiológicas.
Fig. 4: En esta radiografía lateral de columna lumbar se observa el desplazamiento anterior del cuerpo de la 5ª vértebra lumbar.
Si el jugador presenta dolor lumbar, el entrenamiento debe ser individualizado realizando ejercicios que reduzcan la curvadura lumbar. La eficacia de la inmovilización mediante un corsé es dudosa. En caso de fractura de estrés, el paciente debe evitar ejercicios que impliquen una mayor tensión en la región lumbar durante un período de 3 meses. Durante este tiempo el jugador evitará las competiciones, pero puede llevar a cabo ejercicios suaves excluyendo los saltos.
Desde el punto de vista médico deportivo se puede clasificar esta lesión en tres apartados:
- Tipo I: Mínima displasia lumbosacra sin deslizamiento vertebral. En estos casos el deportista puede realizar cualquier tipo de actividad física.
- Tipo II: El deportista presenta una displasia y un deslizamiento menor del 40% con disco intervertebral conservado. Estos pacientes podrán realizar ejercicios de natación, estilo crowl y estarán sometidos a una revisión periódica cada 6 meses.
- Tipo III: Se produce una grave displasia con un desplazamiento superior al 40% y con la presencia de un disco degenerado. En estos deportistas es necesario realizar una reducción y una fijación quirúrgica, quedando contraindicada la práctica deportiva durante 6 meses.
- Cifosis dorsal: Consiste en el aumento de la concavidad anterior de la columna dorsal debido en la mayoría de los casos a la adopción prolongada de posturas inadecuadas o a la falta de potenciación de la musculatura paravertebral. En otras ocasiones esta alteración ósea es debida a la anomalía en el proceso de osificación de las vértebras dorsales (enfermedad de Scheuermann).
Lo habitual es que no cause dolor y sólo sea una observación estética que provoca que el deportista tenga un aumento de la curvatura, en forma de “joroba” o “chepa”. La debilidad de la musculatura que suele provocar la hipercifosis, puede causar contracturas musculares y dolores que limitan la práctica de los entrenamientos.
El diagnóstico se basa en la clínica aunque a veces es necesario realizar un estudio radiológico.
El tratamiento se apoya en la corrección de los vicios posturales y en la realización de ejercicio adecuado, adaptado a cada paciente. La debilidad de la musculatura que suele provocar la hipercifosis puede causar contracturas musculares y dolores dorsales que serán tratados con relajantes musculares.
En general cuando el grado de curvadura es inferior a los 45º se aconseja ejercicios de natación y vigilancia. Si la desviación es mayor y además se acompaña de signos de epifisitis se requiere tratamiento ortopédico que incluye la cinesiterapia, la tracción vertebral y la utilización en ocasiones de un corsé.
- Escoliosis: Es una deformidad del raquis que produce una inclinación lateral en el plano frontal, originando una curva. Debe ir acompañada de una rotación vertebral. Cuando la incurvación en el plano frontal no se acompaña de rotación, hablamos de actitud escoliótica, que nunca es una deformidad permanente.
Debido a que no existe un método fiable para predecir qué curvas son las que presentarán progresión, la observación mediante estudio radiológico es la herramienta clave para el diagnóstico. Los deportistas jóvenes con curvas leves deben ser evaluados cada 6-12 meses. Los adolescentes con grados mayores de curvatura deben ser examinados cada 3-4 meses.
Cuando la curvadura es inferior a 20º no precisan tratamiento ni exención deportiva y se debe recomendar la práctica de deportes complementarios como la natación (crowl) evitando el estilo de braza que es hiperlordosante y fomentar los entrenamientos en deportes de extensión como el voleibol o el baloncesto. Además deben deben vigilarse cada 4-6 meses, en especial durante la fase de crecimiento rápido.
En aquellos casos en los que la desviación esté comprendida entre 20 y 40º se debe utilizar un corsé ortopédico (tipo Milwaukee). No obstante se autoriza la retirada del corsé durante dos horas diarias para la práctica de ejercicios correctores y de musculación como la natación y los deportes de extensión.
Finalmente cuando fracasan los tratamientos anteriores o cuando la curvadura es mayor de 40º, debe realizarse un tratamiento quirúrgico de artrodesis, pudiendo reiniciar los ejercicios tónicos suaves y la natación a partir de los 9 meses y los deportes moderados a partir de los 12 meses.
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