Revisión ecográfica de las lesiones habituales en el golfista

Estudio ecográfico de las lesiones del golfista

J. FERNANDO JIMÉNEZ DÍAZ 1

1 Doctor en Medicina y Cirugía
Profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad Castilla la Mancha
Responsable de la Unidad de Valoración y Diagnóstico de Alto Rendimiento Deportivo
Año publicación: 2013

Introducción

Estudio ecográfico de las lesiones del golfista

La práctica de actividades físicas y ejercicios, aún siendo una actitud beneficiosa para el organismo, puede producir una serie de trastornos lesionales. Los mecanismos de producción, varían desde una irrupción brusca de la agresión con aparición de una lesión aguda, hasta la provocación de lesiones por sobrecarga o sobreutilización, relacionadas generalmente con la repetición de determinados gestos o movimientos de estructuras del aparato locomotor, necesarios para la práctica deportiva.

En este sentido, deportes como el golf han disfrutado de una popularidad cada vez mayor en todo el mundo y así en países como Alemania, el número de jugadores de golf en los últimos 10 años, ha aumentado de manera constante cada año entre el 8% y el 10% (1).

Por otra parte, en general el golfista tiene una edad media superior a la de los participantes en otros deportes, lo que supone una gran ventaja pues permite el mantenimiento de una buena capacidad física y un alto grado de habilidad durante muchos años. Sin embargo, esto implica que la carrera de un jugador puede abarcar más de 50 años, lo que supone un mayor riesgo de padecer problemas músculo-esqueléticos.

En algunos trabajos (1) se ha estudiado la incidencia lesional en este deporte comprobándose que el 82,6% de las lesiones reportadas son producidas por un mecanismo de sobreuso, mientras que el 17,4% fueron eventos traumáticos aislados.

Los golfistas profesionales se lesionan más a menudo, por lo general en la espalda, la muñeca y el hombro, mientras que en los amateurs se produce el mayor número de lesiones en el codo, la espalda y el hombro. En relación a la gravedad, se consideraron leves el 51,5% de los casos, moderadas el 26,8%, y graves el 21,7% de los sujetos.

Finalmente es este estudio se demuestra que la bolsa de transporte incrementa el riesgo de lesión de espalda, hombros y tobillos y que las rutinas de calentamiento, tienen un efecto positivo cuando se realizan con un tiempo superior a los 10 minutos de duración.

En otros trabajos publicados (2), se comprueba que casi el 16% de los golfistas aficionados pueden sufrir una lesión relacionada con el golf al año. La lesión en el golf más frecuente es el dolor en la región baja de la espalda, como resultado del swing.

Basado en el análisis estadístico, sólo el juego y los cambios de palos parecen estar significativamente asociados con el riesgo de lesión (P <0,05). Otros factores tales como la edad, el género, la discapacidad, los hábitos de práctica y los hábitos de calentamiento no fueron significativos.

El golf en general, se puede considerar una actividad más bien benigna, cuando no se practica en exceso. Si no es así, el golf puede provocar serios problemas, músculo-esqueléticos crónicos (3).

Para llevar a cabo, una correcta atención y tratamiento de las lesiones del tejido músculo esquelético que afectan al deportista, es fundamental llevar a cabo un diagnóstico exacto y preciso de la lesión. Por ello, es necesario realizar una completa anamnesis y exploración física. La decisión de realizar una u otra técnica exploratoria, se adoptará en base a los datos obtenidos, en la historia clínica y en la exploración.

La técnica diagnóstica de los ultrasonidos, aporta una serie de ventajas fundamentales, sobre otras técnicas de estudio: (i) Permite desarrollar estudios dinámicos, que determinan con exactitud, el diagnóstico de pequeñas lesiones, que pueden pasar desapercibidas, cuando las estructuras permanecen en reposo. (ii)

Disponibilidad para realizar estudios reiterados. (iii) Al carecer de contraindicaciones, esta técnica, rápida y de bajo coste, permite repetir la exploración tantas veces como sea necesario. (iv) En la actualidad la utilización de equipos portátiles facilita el empleo de esta técnica a pie de campo agilizando el diagnóstico de las lesiones y el tratamiento de las mismas.

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